jueves, 1 de marzo de 2018

Sugerencias para escribir #3: Mundo matemático

¡Tercera subida con writing.prompt.s! Disculpad por no haber avisado la semana pasada, pero sin un ordenador me fue imposible hacer la subida. Espero que os entretenga esta idea tan extraña. ¡Nos vemos la semana que viene!


Un día eres transportado a un mundo donde la gente lucha y se defiende con ecuaciones matemáticas. ¿Puedes sobrevivir?

-¿Seis por cuatro?
-Veinticuatro.
-¿Y siete por cuatro?
-Veintiocho.
-¿Y qué es este símbolo extraño?
-¿A ver? Ah, derivadas parciales... Dame un momento que te lo traduzca y continúas. Descansa un rato.

Se tumbó inmediatamente en el mismo suelo y dio un largo suspiro. Era una tarea difícil para ella. Las matemáticas la hacían sufrir, así que entrar en este mundo ha sido lo peor que podía pasarle. Las matemáticas lo resuelven todo aquí. Mi nivel es superior a la media, pero fácilmente desmontable para alguien que de verdad conoce los entresijos matemáticos. Para mi acompañante... Le cuesta multiplicar de memoria. Mi mayor temor es que alguno de esos matemáticos nos descubra. Me he dedicado a defenderla durante todo el tiempo que ha estado trabajando en nuestro proyecto de supervivencia.

En este mundo en el que hemos llegado a parar todo conflicto se resuelve mediante un duelo de ecuaciones matemáticas. Muchos vándalos han aprendido trucos y ecuaciones con trampas comunes para aquellos que no tienen cuidado con sus cuentas, para así despojar a sus víctimas de sus posesiones. Nuestro plan es desarrollar una barrera impenetrable. Con las habilidades artísticas de mi acompañante, estamos creando un plano geométrico completo. Un búnker donde nadie o muy pocos puedan entrar.

Vectores, lógica, matrices, métodos numéricos... He exprimido al máximo todo lo que he aprendido en mi vida. Tenía que terminar el proyecto costase lo que costase. Sin embargo, no puedo hacer que mi acompañante trabaje sin descanso, más aún con su nivel.

Pero aún no estábamos a salvo, y por esto fue que tuve que defendernos. A los dos. Un hombre joven que acechaba nos descubrió e intentó atacarnos. Afortunadamente, era un problema sencillo utilizando la fórmula de la gravitación universal. Lo expulsé inmediatamente proponiéndole que diagonalizase una matriz. Su cara era un poema. La misma que ponía yo cuando la profesora estaba llenando la pizarra de símbolos y números que no comprendía.

Pero ese no fue el único asalto ese día.

Aquella noche, se acercó alguien que yo ya conocía. Entré en pánico. Nicolás España.

- Me suena tu cara. ¿Yo te di clases?
- Cálculo. Primer cuatrimestre. - Respondí en seco.
- Probablemente. Tengo muchas cosas y muchos alumnos, lo siento. Me parece muy interesante lo que estás haciendo aquí.
- No es nada del otro mundo.
- Pero si lo terminas sí que lo será. No me fío.

Atacó directamente. Sin embargo, me extrañó que no lo hiciese con matemáticas de alto nivel, sino con las de mi año de carrera. Suspendí cálculo, sí, pero no era un completo inútil. Pude resolver la integral indefinida que me propuso.

Era mi turno. ¿Qué podía hacer yo para desestabilizar a mi maestro? No se me ocurría nada, así que le dije que resolviese lo que yo tenía en mente. 128 por la raíz de e por 980. Extrañado, la resolvió con facilidad. Esperaba que mi pregunta fuese más difícil.

- Veo que no tienes nada bueno con lo que atacar. No quiero pasarme todo el día aquí. Acabemos ya.

Esta vez sí. Un problema que sonaba a otro idioma. Sin embargo, yo lo había escuchado. Alguien con quien hablaba mucho y que sabía más matemáticas que yo. Me había explicado cómo resolverlo simplemente porque habla demasiado, pero le estoy muy agradecido. Mi profesor quedó atónito cuando respondí con cierta fluidez a su ataque. Era mi turno y gracias a recordar a mi amigo, tenía un ataque definitivo.

- Puede que sepas mucho, pero si no trabajas con ciertos aspectos de la matemática puedes equivocarte fácilmente.

Cuaterniones. Esa era mi última baza. Tenía que funcionar. Si no, estábamos perdidos. Yo no lo sabía, pero mi acompañante estaba espiando el duelo bastante angustiada.

Mi ataque no funcionó. Lo resolvió. Bajé la cabeza.

- Seguid trabajando. Has recuperado el respeto que perdiste con tu examen final. Ya recuerdo. Estuviste cerca, pero ahora lo has conseguido. Nos vemos.

Se marchó. Me despedí con la mano, aún sin creerme lo sucedido. Mi acompañante me abrazó de inmediato. Me sentía realizado. Había sido pura casualidad, pero aún así, algo me decía que había aprendido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario