domingo, 4 de septiembre de 2016

Relatos de un PNJ #7: Noticias Inquietantes

Seyren llevó a su hermana hasta un banco de piedra del puerto de Malina, para que se sentase y se recuperara. Podían verse muchísimos barcos atracados y algunos de ellos preparados para la guerra.

-En cuanto te sientas mejor, puedes venir a buscarme en la plaza - Dijo Cecil acercándose mucho a la cara de Margaretha.
-Sí… - Alcanzó a decir la sacerdotisa, aún mareada.


-¡Armaia! ¡Están ahí, mira! - Llamó Tres.
-¿Quienes?
-¡Seyren y su hermana! ¡Está también Cenia!
-¿En serio? ¿Qué hace aquí?
-No tengo ni idea.
-Hay que ver qué cotillas sois, ¿eh? - Intervino Trentini, que estaba en la misma habitación que las niñas.
-Es que...

Armaia iba a decir algo, pero Tres le dio un golpe de atención, para que no continuase. La niña estaba segura de que su compañera iba a irse de la lengua.


-Ya estoy mejor. Gracias a ti también, Cenia - Dijo Margaretha mientras se reponía.
-Pues vamos a la plaza. Desde allí os enseñaré todo lo que hay en Malina - Animó Cenia, con una expresión mucho menos neutral a la que estaba acostumbrada a llevar en su rostro.

Sin embargo, al llegar a la plaza se notaba un bullicio enorme, lleno de murmuraciones. El pregonero de turno leyó las últimas noticias del tablón en voz alta y todos tenían tema de conversación.

-”¡La corona del Continente Norte se desmorona! ¡Se han confirmado que, los rumores de que el rey tenía una amante eran ciertos, y la inestabilidad del continente se ha acentuado! ¡El gobierno del lugar es un caos, la reina ha declarado que hará todo lo posible para mantener a su gente, aunque el rey ahora mismo se encuentre en el exilio! ¡Tampoco se conoce el paradero de la amante, cuya identidad también se ha confirmado! Resultó ser, nada más y nada menos que, ¡Celia, la Sabia! Todo un escándalo provocado en estos momentos en los que el Continente tiene graves problemas aún sin solucionar y que, en consecuencia, pueden acarrear la caída del Continente Norte ante las fuerzas invasoras. Fin de la cita.”

-¿A qué viene tanto interés en el Continente Norte? - Preguntó Seyren.
-Por lo que me enviaron a mí. Hay muchos problemas. Guerras, conflictos internos, problemas en el gobierno, invasiones… Todo ha sucedido de golpe, y necesitan toda la ayuda posible - Respondió la sacerdotisa, aunque continuaba afinando el oído para escuchar algún murmullo interesante.
-¡Oye, Cenia!

Cecil había vuelto y los había encontrado. Se la veía como siempre, empujando a los ciudadanos aglutinados en la plaza por la noticia y con la misma sonrisa de siempre.

-¿Puedo preguntarte algo?
-Claro - Respondió la niña.
-¿Puedo acompañarlos al Continente Norte? - Pidió Cecil.
-Espera, no podemos… - Intentó decir Margaretha.
-Ya teníamos planeado ir. Fuese con ellos o sin ellos, Cecil - Interrumpió Cenia.
-Pero… Sería más divertido con ellos…
-Pero si ya somos muchos en el mismo barco, ¿no es así?

Gertie apareció de la nada, uniéndose a la conversación sin ser vista hasta que dijo eso. Se encontraba justo detrás del caballero.

-¡Gertie! - Exclamaron Seyren y Margaretha.
-El barco va a zarpar mañana temprano. Preparaos para un buen viaje - Continuó la niña, sin importarle mucho lo que sucedía con la recién llegada.
-Yo estaré en el barco lo que queda de día. Si queréis venir a visitarme, ya sabéis - Dijo Gertie antes de esfumarse de nuevo.
-Bueno. ¿Damos una vuelta por Malina? Os voy a llevar a un restaurante muy bueno - Propuso Cecil, y nadie tuvo nada que objetar.


-Tres. Creo que empieza a ser un error estar aquí - Dijo Armaia, mirando por la ventanilla.
-¿Por qué lo dices?
-Esa mujer. Es la que besó a Seyren.
-¿Esa?
-Ahora entiendo. Vosotras dos estáis aquí por un chico, ¿no es así? - Intervino Trentini.
-S-sí… - Suspiró Armaia.

-Tranquila, vamos a quitárselo nosotras. ¡Ese caballero tiene que ser tuyo, Armaia! ¡Hemos llegado muy lejos! - Animó finalmente Tres.

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