sábado, 19 de marzo de 2016

Desafío de Vida #13: El Abismo Desmoronado (Tributo a heliceo)

(heliceo es el mapmaker que hizo Ragecraft 2, un mapa Complete the Monument del videojuego Minecraft. Basándome en la decoración de dicho mapa, he elaborado esta historia. El crédito debe ser mencionado, por supuesto.)


El día que Ricardo se disponía a aventurarse en la siguiente prueba, fue el primer día que no hacía pleno sol en el Nexo. El cielo estaba cubierto de nubes que no amenazaban lluvia, pero aún así, parecería un presagio para los más supersticiosos.

Ricardo estaba listo y equipado para todo. "Cazadora de Sombras" guardada a la espalda, Hachecutadora en la mano derecha, pantalones del Gran Maestro Xin puestos y Máscara Reptiliana en la cabeza.

"Creo que no puedo seguir llevando el Libro Rojo. Lo guardaré junto a la poción. Creo que puedo prescindir de él un tiempo."

Era cierto que Ricardo no podía llevarse consigo todas sus herramientas valiosas. Simplemente no podía cargar con ellas. Iba a perder el poder del fuego, pero lo iba a compensar con el arco. Esa era su estrategia.

Paulina estaba a su lado en la sala de los altares. El resto se ocupaba de otros asuntos y no parecía importarles mucho lo que Ricardo hacía.

- Suerte. Seguro que lo consigues.
- Gracias, Pau. Allá voy.

Ricardo desapareció del altar y se encontró en un pasillo estrecho que daba a una gran cueva. No estaba muy bien iluminada, lo que hacía la visión un tanto dificultosa de más. Ricardo se disponía a avanzar cuando la voz del fantasma lo interrumpió.

"¡No des ni un paso!"

Ricardo paralizó su movimiento y devolvió lentamente su pierna a la posición original. Apareció el fantasma de Rubén, el que iba a ayudar a Ricardo en la medida de lo posible este tramo. Tenía el cabello castaño muy oscuro y sus ojos eran marrones. Lo que destacaba de él era su vestimenta. Solo de tonos azules perfectamente combinados entre sí. Llevaba además una capa con la parte de los hombros repleta de plumas.

- Estás en el Abismo Desmoronado. Este lugar es muy peligroso. El peligro acecha en cualquier momento y es inevitable.
- ¿Incluso dando un paso?
- Nunca sabes cuándo va a romperse el suelo a tus pies. Y debajo de este suelo, el abismo.
- Entonces...
- Ten mucho cuidado. Yo caí al abismo inevitablemente. Espero que no te ocurra lo mismo. Cuando escuches ruidos extraños, ten cuidado. Mantente en zonas elevadas.
- Entendido.

Ricardo pisaba cuidadosamente el suelo de piedra y corrió hasta la primera elevación del terreno que vio. Una voz de agonía resonó por toda la cueva. Eso hizo que parte del suelo inferior se rompiese y se viera un abismo sin fondo. El elegido se estremeció.

- ¡Esto no es justo! ¡No puedo saber dónde o cuándo tengo que pisar!
- Intenta pensar en algo. Yo ya te dije todo lo que podia aconsejarte. Esos gritos tienen nombre. Los llaman "Terrores del Abismo". Si se llaman así, es por algo...

Rubén tenía razón. Era un lugar terrorífico. La muerte estaba a sus pies. En cualquier momento lo arrastraban al abismo. Ricardo hizo balance de sus posesiones e intentó encontrar algo útil.

Un arco, un hacha y su armadura. No traía nada más. También pensó en atravesar la cueva caminando cerca de sus paredes, pero en cuanto se quedó mirando un momento a dichas paredes, Rubén advirtió otra cosa.

- Las paredes son peligrosas también. ¿Ves que están como congeladas? Ese hielo no es normal. Hace daño. Te da escalofríos y sientes que se te paraliza el cuerpo.

Ricardo se quedaba sin opciones. Tenía que enfrentarse al abismo de la manera más arriesgada posible. De hecho, parecía la única manera posible. Buscó lo que parecía la próxima elevación de la cueva y corrió hacia ella lo más rápido que pudo. Se escucharon los chillidos de un Terror del Abismo durante el trayecto, y el suelo que estaba a la derecha del camino de Ricardo se desmoronó. La respiración del elegido se detuvo, pero su movimiento no. Continuó hasta poder llegar a la siguiente zona segura. Eso creyó él.

- ¡Espíritus Helados! ¡Ten cuidado!

Rubén alertó a Ricardo del peligro que se aproximaba. Una especie de fantasmas con forma humana y un bloque de hielo como cabeza se estaban acercando a la posición segura. Flotaban a una velocidad muy baja. Esa era la ventaja. Ricardo cogió la Cazadora de Sombras y empezó a dispararles uno a uno. Con calma, pudo detenerlos a todos mientras seguían sonando más Terrores del Abismo y el suelo seguía derrumbándose. No era una sensación agradable.

Moverse rápidamente a la siguiente zona era prioritario ahora. Si no continuaba rápidamente, acabaría atrapado en una isla sin suelo por el que salir. Los Terrores del Abismo eran más frecuentes mientras avanzaba. Ricardo respiró hondo y corrió.

El suelo seguía cayendo. Un paso en falso de Ricardo podía ser su muerte. Además, se cruzaron por el camino dos Espíritus Helados. El elegido pensó rápidamente y, encontrando un punto para pasar entre los dos, se decantó por cortar con su Hachecutadora al de la derecha. Él no contaba con que el espíritu de la izquierda lo alcanzaría en el aire y lo empujaría varios metros.

Ricardo había asegurado su vida aniquilando al de la derecha. El espíritu que lo empujó lo llevó violentamente hasta la zona segura que el elegido quería aunque no se esperaba tal empujón. El daño que se había hecho contra la piedra no era leve.

- Van a ser molestos los espíritus estos...
- Con el empujón que te han dado... Si te tiran al abismo no lo cuentas.

Algo frenó un poco la caída de Ricardo. Un libro medio enterrado muy parecido a alguno del Pequeño Imperio. Lo abrió y se encontró algo bastante interesante.

- Entiendo. Qué gran idea. Esto es muy conveniente.

Ricardo pronunció algo en idioma enano mientras tenía el libro abierto y una especie de viento helado visible lo rodeó. Esto hizo que corriese a una velocidad increíble. Pasó a la siguiente zona segura sin problemas. Sin embargo, el final estaba cerca y no iba a ser más fácil que lo anterior.

La siguiente zona segura tenía la gema cian en el centro. Estaba rodeada por Espíritus Helados. Sin embargo, no había ningún tipo de suelo por el que cruzar hasta allí. Solo las paredes eran el lugar disponible para ello.

- Si no tropiezo, tengo la gema.
- ¿Qué? ¿Vas a saltar?
- Eso es. Observa bien. Tengo todo listo.

Ricardo se tomó un tiempo para respirar hondo y dar un salto con el libro abierto en la mano izquierda y la Hachecutadora en la derecha. Mientras estaba volando por encima de la nada con los gritos de los Terrores del Abismo, gritó:

"!!!Luiaga!!!"

Resonó en toda la cueva. En cuanto puso los pies en el suelo de la zona segura, una gran parte del suelo alrededor de Ricardo se convirtió en hielo. Los espíritus helados no se movieron y dejaron que el elegido terminase con esta prueba tan peligrosa agarrando la gema cian y levantándola con su mano izquierda tras guardar el libro nuevo que había adquirido. Traduciendo del idioma enano, "Luiaga" significa "Lago Helado de la Furia"

De vuelta instantánea en el Nexo, Ricardo colocó la gema en su sitio y habló con Rubén.

- ¿Cómo moriste en ese lugar, Rubén?
- Ya te lo dije, caí al abismo.

Ricardo se quería asegurar de que la mirada seguía siendo la misma. La mirada de la mentira fantasma. Algún día descubrirá todos sus secretos. Será su misión secundaria antes de concluir este desafío de vida. Ricardo está decidido a vencer y volver a la vida.

- ¿Sigues tan solitario como siempre, Ricardo? - Dijo Paulina.
- Eso es. No puedo apenas hablar con vosotros. Me centro demasiado en mis intereses y en querer superar esto de una vez.
- No te preocupes. En cuanto derrotes la siguiente zona es posible que nos tengas alrededor tuya todo el tiempo. Solo si consigues hacer algo especial.
- ¿El qué?
- No lo sabemos. La última que fue elegida y cayó en la última prueba era nuestra esperanza. Hay algo en el siguiente lugar que te permite revivirnos a todos nosotros si consigues superar el desafío.
- ¿En serio?
- Dependiendo de si consigues ese trato, estaremos apoyándote o no.
- Y... ¿Tú por qué me apoyas desde ahora?
- Porque... Supongo que porque me caes bien.
- Vale. Yo voy a descansar del todo. Me duelen las piernas de tanto correr. Gracias, Pau.

Ricardo volvió a su habitación. No pudo ver que la cara de Paulina enrojeció mucho al terminar su conversación. Un fantasma que está a punto de explotar. Eso es Pau. Se ha enamorado de Ricardo. Confía plenamente en él. Ella está segura de que puede conseguirlo. Eso se lo dice su corazón. Un corazón que puede estallar en cualquier momento.

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