sábado, 19 de marzo de 2016

Desafío de Vida #19: La Arena Profana [FINALE] (Tributo a heliceo)

(heliceo es el mapmaker que hizo Ragecraft 2, un mapa Complete the Monument del videojuego Minecraft. Basándome en la decoración de dicho mapa, he elaborado esta historia. El crédito debe ser mencionado, por supuesto.)

- Protox, estoy preparado.

Esas fueron las palabras de Ricardo antes de entrar en el altar negro. La gema negra era la última que había que encontrar. De ese modo, el desafío habría concluido. Ricardo conseguiría lo que se había propuesto desde el principio y después de las Cavernas de la Trinidad: Revivir y revivirlos a todos.

Entró y se encontraba en una habitación muy bien iluminada. Allí se encontró a una bella mujer joven de cabellos rojos y una mirada penetrante color carmesí. Iba vestida con una chaqueta negra, a juego con sus pantalones ajustados también negros.

- Así que has llegado.
- ¿Quién eres?
- Soy Nevan. La última que aceptó el Desafío de Vida antes que tú.
- Ricardo. Encantado.
- Vale. Te explico. Aquí vas a tener que hacer una de las decisiones más importantes antes de luchar contra Protox. ¿Ves esos carteles?

Habían unos carteles puestos en fila en una de las paredes laterales. Estaban en blanco. Ricardo también se fijó en que a sus espaldas había un sillón de grandes dimensiones.

- Sí, los veo.
- Tienes que escribir con ese pincel en los carteles de izquierda a derecha. Antes de eso, te voy a decir por qué. Vas a luchar contra Protox en la Arena Profana. Ese lugar está maldito. Hace que alguien deba morir cada quince minutos. Y no tiene excepción salvo que Protox muera. En cuanto lo haga, el tiempo se detendrá.
- ¿Entonces tengo que derrotarlo en menos de quince minutos?
- Eso sería lo ideal, pero no es tan sencillo. Lo que tienes que escribir en los carteles son los nombres de todos tus compañeros, tú y yo incluidos, por el orden en el que van a tener la posibilidad de morir.
- ¿Qué?
- Si en quince minutos Protox no está muerto, no podrá revivir el nombre del primer cartel de la izquierda. Así hasta que llegue tu nombre.

Ricardo no daba crédito a lo que se estaba teniendo que arriesgar. Así iban a desarrollarse las cosas. Tenía que jugárselo todo porque así eran las reglas de un juego. Él quería ganar, así que empezó a pensar en algo.

- Quiero consultarlo con todos - Dijo Ricardo.
- Puedes. Ahí están.

Nevan señaló al sofá. Ahora estaban allí todos los compañeros que habían estado presentes en La Invasión.

- Chicos. Sabéis lo que toca aquí, ¿verdad? Según he oído de vosotros, Nevan ya tuvo que elegir los carteles porque ya se enfrentó a Protox una vez. Tengo una pregunta, Nevan. ¿Cuál fue el orden de tus carteles?
- ...
- Lo imaginaba. Intentar acabar con él en quince minutos no es una buena estrategia. Por eso moriste, porque te pusiste la primera, ¿cierto?
- Sí...

Nevan estaba cabizbaja. No fue una de sus mejores decisiones. Pero una vez muerta ya era tarde para arreglarla.

- Entonces os voy a hacer una pregunta a cada uno de vosotros.

"Gabriela, ¿estás dispuesta a morir por el resto?"
- No. No puedo.
- ¿Motivo?
- Tengo... Que volver a mi vida. Debo arreglar uno de los mayores errores que cometí.

Ricardo asintió.

"Paulina, ¿estás dispuesta a morir por el resto?"
- No creo.
- ¿Motivo?
- ...
- Paulina. No hagas esto más largo.
- Porque... Quiero que estés bien.

Ricardo tardó un poco, pero asintió.

"Francisco, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- No.
- ¿Motivo?
- Yo quiero volver a mi vida como sea. Si no, no habría aceptado el desafío.

Ricardo asintió.

"Luisa, ¿estás dispuesta a morir por el resto?"
- No puedo.
- ¿Motivo?
- Me siento egoísta, pero... Creo que puedo hacer algo mejor en vida.

Ricardo volvió a asentir.

"Víctor, ¿estás dispuesto a morir por el resto?
- Creo que no.
- ¿Motivo?
- No es mi momento para sacrificarme. No todavía.

Ricardo asintió con una muy leve sonrisa.

"Mimi, ¿Estás dispuesta a morir por el resto?"
- Sí.
- ¿Motivo?
- Al igual que Nevan, eres un maestro para mí. Si debo servirte, será hasta mi muerte.

Ricardo no asintió esa vez.

"Cristina, estás dispuesta a morir por el resto?"
- ¡Por supuesto que no!
- ¿Motivo?
- ¡Porque no me gusta morir! ¿Te parece poco?

Ricardo cerró los ojos y sonrió brevemente.

"Luis, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- Mientras yo esté en medio de esa lista, estaré contento.

Había hablado claro, así que Ricardo no preguntó por el motivo.

"Rubén, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- No lo sé.

Ricardo suspiró. Sin embargo, tras pensarlo un rato, simplemente continuó.

"Manuel, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- Si es volver a mi vida anterior, por mí encantado.

Ricardo se limitó a proseguir.

"Serena, ¿estás dispuesta a morir por el resto?"
- No.
- ¿Motivo?
- No quiero.
- Esto... Eso así no me sirve.

Serena desvió la mirada a Benjamín, buscando en él un gesto que la ayudase a responder. Ricardo simplemente pasó al siguiente compañero.

"Raúl, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- Hubo un tiempo en el que te habría dicho que sí. Pero no. Ahora no.

Esa respuesta dejó satisfecho a Ricardo.

"Benjamín, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- No.
- ¿Motivo?
- Serena.

Serena giró bruscamente la cabeza y enrojeció. Ricardo sonrió y preguntó al penúltimo.

"Bartolo, ¿estás dispuesto a morir por el resto?"
- ¿Por ellos? Creo que no.
- ¿Motivo?
- Voy a vivir mejores experiencias vivo que muerto.

- Y por último... Nevan. ¿Estás dispuesta a morir por el resto?
- S-Sí.
- ¿Motivo?
- No puedo revivir. Así de simple.
- ¿Qué?
- Déjame que te muestre...

Nevan se concentró, cruzó sus brazos y los abrió rápidamente dejando ver un par de alas negras saliendo de su espalda. Empezaron a crecer unos pequeños cuernos en su cabeza y su cuerpo aumentó ligeramente de tamaño. Sin embargo, volvió a la normalidad en pocos segundos.

- ¿Qué fue eso?
- Soy... Un demonio.

Ricardo empezaba a temerle a Protox. Un demonio que ha revelado un poder increíble frente a él fue derrotado. ¿Qué podría hacer él, un simple humano?

- Entonces... ¿Cómo entraste en el Desafío de Vida?
- Estaba muy relacionada con uno de tus compañeros. Por ello me trajeron aquí, para intentar liberarlos. Qué irónico, porque quedé atrapada yo en su lugar.

Ricardo suspiró y no dijo una palabra más. Empezó a escribir en los carteles sin decir ni una palabra. De derecha a izquierda. El orden quedó así. Morirían en este orden:

Nevan, Mimi, Manuel, Francisco, Bartolo, Rubén, Luis, Serena, Benjamín, Cristina, Raúl, Víctor, Luisa, Gabriela, Paulina, Ricardo.

- Chicos. Si tardo tres horas y 45 minutos, habré revivido pero no me habrá merecido la pena el esfuerzo. Así que voy a dar lo mejor de mí.
- Ya puedes entrar. Tendrás un minuto antes de entrar en la Arena Profana.
- Está bien. Allá voy. Deseadme suerte.

Y Ricardo entró en la Arena Profana. Lo que iba a suceder después no se lo imaginaba. Furia del Titán en mano, Máscara Reptiliana ajustada, Pantalones del Gran Maestro Xin y mucha determinación era lo que llevaba Ricardo para la batalla. Se encontraba en una habitación sin puertas con un mensaje en la pared que decía: "Hoy, vas a darte cuenta de que ya deberías haber muerto"

Y entró en la Arena. Se notaba distinto en la zona de espera y lo notó cuando comenzó a correr por la arena evitando a toda criatura enemiga. Aún no había visto a Protox. Tenía quince minutos antes de que Nevan muriese. Quería intentar que eso no sucediese, pero lo empezaba a ver improbable. Eran guardianes armados con antorchas crepitantes los que impedían a Ricardo reconocer a su objetivo.

- ¡¡Apartaos!!

El elegido no pudo más y empezó a batallar contra los guardianes. Sin embargo, fue bastante fácil en comparación con la batalla en La Invasión. Apenas aguantaban sus armaduras. Ricardo se sentía poderoso. Una antorcha cayó sobre él, pero a pesar de todo, no le quemó ni le hizo daño. Esto extrañó al elegido. Sin embargo, la voz de Luisa lo despejó de dudas.

"Mientras sigamos vivos, te daremos nuestra fuerza. Que el fuego no sea tu temor."

Ricardo entonces comenzó a masacrar a los guardias que se interponían en su exploración. La Arena Profana no era una planicie, sino un lugar ruinoso lleno de recovecos extravagantes. Podía escabullirse fácilmente.

"¡Vuela alto, y demuéstrale quién es el que puede contra un dios!"

Nevan otorgó la capacidad de volar a Ricardo. Se limitó a dar grandes saltos, pues no sabía controlar sus alas. Con ayuda de eso, encontró a Protox. Tenía apariencia humana y estaba cubierto de una armadura de oro.

- Al fin te encuentro. Te quedan seis minutos.

Protox apuntó con su arco a Ricardo.

"Mirada Congelante. ¡Que el elegido tenga el poder del hielo!"
"¡Por la magia de la espada de la Tierra!"

Rubén y Cristina habían ayudado a Ricardo. Eso le facilitó bastante la tarea de alcanzar la armadura de Protox con la Furia del Titán. Un proyectil mágico verde salió disparado del hacha, inutilizando la flecha de Protox. Confundido y congelado, Ricardo asestó el primer hachazo a Protox. No pareció hacerle algún rasguño a la armadura. Su hacha se quebró.

- No puede ser...

"¿Hacha? ¡Esa hacha es irrompible!"
"Yo quise aguantar todos los golpes, ¡pero me limité a destrozarlos a todos antes!"

Paulina otorgó de nuevo el hacha a Ricardo. Bartolo le dió aún más poder.

"Siente el poder del espíritu. Contrólalo, Paulina."
"¿Otra hacha? ¡Me tienes hasta arriba de trabajo!"

Benjamín puede hacer que repita un compañero su habilidad en Ricardo. Esta vez, Ricardo se encontró la Hachecutadora en la mano izquierda, gracias al poder que le otorgaba Paulina.

Protox se había levantado, pero las dos hachas lo volvieron a tumbar. Su armadura esta vez empezaba a flaquear. Protox no podía apenas defenderse. Quedaban cuatro minutos.

- ¡Ejección!

Ricardo salió volando hasta chocar con el techo. El golpe de vuelta habría sido más doloroso que el de ida, de no ser por Serena.

"¡Es la última vez que uso agua para esto!"

- Voy a hacer esto por Nevan y por todos. ¡PROTOX! ¡VEN AQUÍ Y LUCHA COMO UN HOMBRE!

Una flecha atravesó el estómago de Ricardo.

"Técnica de ilusión: Falso Ricardo"

Mimi había hecho que Ricardo se colocase justo detrás de Protox mientras el enemigo pensaba que le había acertado. Más golpes de hacha cayeron sobre la armadura dorada, especialmente en el yelmo, que parecía no romperse nunca.

Pero el tiempo se agotaba, y Protox, pese a parecer mucho más débil de lo que Ricardo se imaginaba, tenía sus trucos para escaparse.

- ¡Ejección!
- ¡No otra vez!

"Eso sí que se puede evitar."

Raúl hizo a Ricardo intocable unos segundos, por lo que no sería afectado por el ataque de Protox. Sin embargo, el enemigo utilizó esa habilidad para impulsarse a sí mismo con gran velocidad, escapando de Ricardo.

- Lo siento. Un minuto. Tengo cierta curiosidad en saber quién morirá primero.

Sesenta segundos. Ricardo apenas había podido quebrar la armadura de Protox con numerosos golpes. No iba a poder acabar con él en tan poco tiempo. Nevan iba a morir. Tenía que asumirlo. Sacrificar obligadamente a un compañero no es nada agradable. Por eso ella no quiso matar al resto, porque no iba a aprovechar su victoria. Quince minutos más para derrotarlo. Había que darlo todo.

"Una flecha, un muerto."

Ricardo disparó con la "Cazadora de Sombras" una flecha hacia Protox. El proyectil tomó una trayectoria anormal e impactó en la coraza dorada. Instantáneamente se hizo pedazos gracias al encantamiento de flecha de Luis.

"¿Alguien ha pedido una bomba?"

Ahora, con el oponente aturdido por la pérdida de su armadura, era el momento oportuno para que Manuel hiciese explotar espontáneamente a Protox. Una explosión que se produjo de la nada rompió sus grebas de oro y lo mandó por los aires. Cayó al lado de una columna, aparentemente fuera de combate.

Aparentemente, porque no tardó en levantarse y disparar cuatro proyectiles de una vez con su arco. Uno de ellos impactó en el pecho de Ricardo, que cargaba contra él.

"Bum. A la cabeza."

Francisco puede disparar una sola vez a la cabeza de Protox. Vio conveniente el momento, pues Ricardo iba a necesitar tiempo extra para recuperarse del flechazo recibido, además de quebrar el yelmo dorado de Protox.

"El último poder de la luz de dios."

Gabriela, sacerdotisa, sanó la herida de Ricardo, pese a que la flecha siguiese clavada en su pecho. La energía del elegido parecía renovada.

- Ahora, ¡muere!
- Siete minutos. ¿Crees que será tan fácil?

Protox desapareció de repente. Ricardo atacó al aire con las dos hachas. Protox se encontraba flotando justo detrás.

- ¡No puedes vencerme!
- Sí que puedo.
- ¡Inténtalo!

Una onda expansiva tuvo lugar alrededor de Protox. Ricardo fue lanzado varios metros hacia atrás.

- Yo ya he intentado ser simpático contigo. ¡Pero no te mueres!
- Y yo ya me he puesto serio.

"Cuando tienes la respuesta adecuada en el momento adecuado"

Victor era el que faltaba por darle poder a Ricardo. El poder de la G.M.P. La poción que encontró en los Laboratorios Magma. De un trago se la tomó. Era su oportunidad. Nada le dolía, no sentía cansancio. Simplemente, podía sentirse todopoderoso.

- G.M.P... Las siglas de la God Mode Potion. ¡Protox! ¡Enfréntate ahora a un dios!

Ricardo apenas le dio tiempo a reaccionar. Un hachazo derribó a Protox y lo tumbó en el suelo, agrietándolo por la fuerza del envite. Ricardo estaba en el mismo lugar que antes. No se había movido.

- ¿C-Cómo...?
- Si tienes una estrategia, tienes todo lo necesario.
- ¡No puedes hacer esto!
- Un dios puede hacer lo que quiera. Tú ya lo has hecho con nosotros. Ahora lo haré yo.

Ricardo prácticamente se teletransportó enfrente de Protox, que continuaba tirado en el suelo.

- Fin del juego, Protox.

La Hachecutadora y la Furia del Titán cercenaron con golpes virulentos a Protox. El juego había terminado. Ricardo se llevó la gema negra y volvió al nexo victorioso. Entre aplausos y gritos de alegría y lágrimas de felicidad por parte de sus compañeros, colocó la gema negra en la última posición de la sala de trofeos. Todos, finalmente, se despidieron. Una nueva vida estaba a punto de comenzar. Lo iba a hacer en ese mismo instante.

...

Ya había avanzado bastante la noche. Ricardo iba por la autovía en su moto a gran velocidad. No era una imprudencia, pues respetaba los límites de velocidad definidos por altos números de kilómetros por hora.

Un automóvil adelantó a Ricardo por el carril de su izquierda. Iba a velocidades mucho mayores a las permitidas en ese tramo.

No tardó en desaparecer de la vista del motorista. Tampoco se demoró en volver a aparecer.

Ricardo lo vio bloqueando el carril derecho. Entonces se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Su vida volvía a comenzar donde terminó. Con una maniobra brusca, evitó al coche que interrumpía el paso y continuó su camino recuperando el equilibrio estable en su moto. Pudo oírse una gran colisión a las espaldas de Ricardo. Decidió no mirar y volver a su vida: Un desafío constante. Un Desafío de Vida misma.


[Créditos y agradecimientos]

- Special thanks to heliceo. I really think you inspired many people with the Ragecraft series in particular and with your maps in general. You're awesome. That's why I made this story, because "Ragecraft II: Insomnia" was awesome.

- Gracias a ElRichMC. Que sin él, no habría conocido este mapa. De hecho, como soy seguidor suyo, el nombre del protagonista lo hice por el suyo. Porque simplemente lo encontré curioso.

- Muchas gracias también a Luis. Sí, al arquero de esta historia. Es quien ha hecho por su propia cuenta unos cuantos dibujos de los personajes. Los veréis en el epílogo. No son lo mejor del mundo, pero a mí me han gustado y a él le ha servido de práctica. Por lo menos, todos salimos ganando. (@IcarioxTefD en Twitter)

- Gracias a Gabriela, Francisco, Luisa, Víctor, Mimi, Cristina, Luis, Manuel, Rubén, Serena, Raúl y Bartolo. Porque sois personas inspiradoras.

- Y gracias a los que me leéis. Seguro que estáis deseando ver qué ocurre en el epílogo. ¡Lo veréis el próximo domingo! Hasta entonces... ¡Seguid imaginando!

No hay comentarios:

Publicar un comentario