sábado, 19 de marzo de 2016

Desafío de Vida #18: La Invasión (Tributo a heliceo)

(heliceo es el mapmaker que hizo Ragecraft 2, un mapa Complete the Monument del videojuego Minecraft. Basándome en la decoración de dicho mapa, he elaborado esta historia. El crédito debe ser mencionado, por supuesto.)


(Como compensación por dejaros tres semanas sin DdV, tomad este mega-episodio que planeaba dividir en dos partes. Ahora es una sola parte para toda... LA INVASIÓN. Suena muy bien el nombre.)



- ¿Estás preparado?
- Sí.

Todos estaban en la sala de los altares. Era la recta final. Dos gemas restantes y Ricardo, finalmente equipado, subió al altar correspondiente a la gema roja. Hachecutadora en su mano derecha, Máscara Reptiliana, Pantalones de Xin con adminio, Botas encantadas con las "Raíces de Vida" que consiguió de casualidad en la gema marrón y su arco llamado "Cazadora de Sombras" a la espalda.

Ricardo apareció en una habitación circular, iluminada en el centro por una hoguera. La misma voz que lo recibió el día que comenzó el desafío de vida le habló.

- ¿Estás preparado?
- Por supuesto.
- ¿Y tus compañeros? ¿Están preparados?
- ¿Mis compañeros?

Ricardo miró a su espalda. Encontró a un hombre grueso con una armadura que resplandecía roja por la luz tenue de la hoguera que lo iluminaba. Llevaba consigo una espada enorme, acorde con su tamaño. Tras examinarlo, notó que las llamas de la hoguera habían cambiado. Se dio la vuelta y vio a todos los fantasmas que había ido conociendo a lo largo del desafío sentados alrededor de la hoguera.

- Estamos preparados - Afirmó el de la armadura roja.

"¡Por Ricardo!"

Ese fue el grito de guerra que dio pie al principio del fin. Penúltima gema. Color: Rojo. Destino: La Invasión

El sonido de un cuerno de guerra despertó a Ricardo de lo que acababa de suceder y analizó dónde se encontraba en ese momento. Era el balcón más alto de un castillo. No tuvo que mirar muy lejos para ver a Francisco disparar una ballesta y ponerse a cubierto en las almenas.

- ¿Fran? ¿Qué haces aquí?
- ¡Nos invaden, Ricardo! ¡Ve a ayudarlos ahí abajo!
- ¿Qué?

Una gran bola de piedra y fuego impactó con gran estruendo en una torre lateral del castillo. Francisco se puso más a cubierto antes de volver a su puesto y seguir disparando. Ricardo comenzó a bajar las escaleras rápidamente. En uno de los pisos medios, encontró a Victor y Raul discutiendo al lado de un caldero enorme. No le dio mayor importancia porque vio que estaban bien, y que debía apresurarse a ayudar a los que estuviesen defendiendo la entrada del castillo. Siguió bajando y tropezó con Luisa, que subía las estrechas escaleras. Ella se disculpó apresuradamente y continuó subiendo. Ricardo no tenía que perder tiempo. Ya casi había llegado a la planta baja cuando escuchó unos fuertes martillazos sobre metal.

Era la forja. Paulina estaba allí, trabajando a toda velocidad. En cuanto vio a Ricardo asomarse por la entrada, ella se alegró sobremanera.

- ¡Ricardo! Menos mal que has llegado. Tengo que seguir haciendo cosas rápidamente, así que coge lo que quieras.

No tuvo que echar muchas miradas a todo lo que había en las reservas metálicas para la batalla. Él se interesó más por el hacha que Pau acababa de terminar. Dejó la Hachecutadora en el suelo y se llevó una que Paulina había llamado: "La Furia del Titán". Ella se quedó mirando un buen rato a la Hachecutadora que había dejado tirada Ricardo. Tras pensar un poco, la cogió y se preparó para la batalla ella también.

Ricardo finalmente llegó a la planta baja. En la entrada estaban Gabriela, Serena, Rubén y Benjamín; quienes seguían en la parte interior del castillo. En la parte de fuera, luchaban cuerpo a cuerpo Cristina, Mimi, Manuel y el de la armadura roja. Los enemigos eran muy numerosos, con lo que había que terminar con ellos rápidamente.

- ¡Vamos, Ricardo! ¡Ve a por ellos! - Exclamó Benjamín antes de que el elegido saliera del castillo y empezase a enfrentarse a la horda que los invadía.

Una piedra ardiente salió disparada desde otra catapulta enemiga y destrozó parte de otra torre del castillo. Sin embargo, no se quemó nada esa ocasión, al contrario de la anterior. Ricardo se sentía con muchísimas energías. El hacha que había cogido era muchísimo más eficaz que la ya gastada Hachecutadora. Los enemigos tampoco eran guerreros muy experimentados. Apenas sabían manejar sus armas. Eran la carne de cañón invasora.

El hombre de la armadura roja se acercó un momento a Ricardo y le dijo rápidamente todo lo que necesitaba saber.

- Soy Bartolo, el que cayó aquí. ¡Ahora, hay que romper esas catapultas!

Una matanza sin sentido. Eso era La Invasión. El suelo parecía enrojecer por momentos, ya fuese por la sangre o por las llamas. El cielo estaba nublado además de cubierto por el humo característico del olor a guerra. El castillo se habría desplomado si Ricardo y Bartolo no hubiesen avanzado a por las catapultas.

Ellos dos eran feroces combatientes. La gran espada de Bartolo era manejada con fuerza. El hacha de Ricardo con destreza. Los enemigos apenas podían hacer nada. El avance del equipo del elegido empezaba a tomar forma. Las filas enemigas empezaban a disminuir su tamaño. Alcanzaron la primera catapulta.

- ¿Cómo destrozamos esto?
- Fácil. Tenemos que protegerla un momento. Que no se acerquen ahora.

Ricardo intimidaba con su hacha a todos los que intentaban acercarse a la desierta catapulta. Quien tenía que desactivar la catapulta era Luis. No tardó demasiado en llegar y lo que hizo fue hacer volar la catapulta en pedazos. Más fuego y destrucción añadidos.

Aún quedaba otra catapulta. Esta estaba muchísimo mejor defendida y más retrasada que la anterior. Un jefe de guerra estaba a cargo. Unos pocos guerreros estaban defendiendo esa catapulta una vez destruida la primera. Los ataques destinados al castillo se detuvieron. Mimi, Manuel y Cristina avanzaron hasta la posición de Ricardo y Bartolo, quienes lideraron al grupo.

Los guerreros eran habilidosos, pero no eran nada del otro mundo. Ricardo apenas tuvo que esforzarse para acabar con algunos de ellos. El guerrero que se enfrentó a Bartolo tenía un as en la manga. Al ser más ligero que su oponente, se limitó a desgastarlo. Mimi y Manuel se encargaron de otros tres guerreros bastante persistentes junto a Cristina. El jefe de guerra acabó enfrentándose cara a cara con Ricardo al lado de la catapulta.

Su oponente iba armado con una espada corta. Eso era una ventaja, pues Ricardo tenía más alcance. Lo que no se esperaba era que el enemigo tuviese tal velocidad con la armadura que llevaba. Eran guerreros ágiles a pesar de que su armadura fuese pesada. Ricardo estaba teniendo problemas. No tenía oportunidad para atacar. Un placaje del contrario lo derribó. El jefe de guerra levantó su espada y gritó: "¡¡Por Protox!!"

"¡¡Por Ricardo!!"

La Hachecutadora se clavó en la cabeza del jefe de guerra, que no pudo terminar con Ricardo. Paulina había llegado gritando para salvar al elegido. Luis se apresuró para sabotear la segunda catapulta mientras los guerreros restantes eran emboscados por Ricardo y Paulina.

Con la segunda catapulta destruida, las tropas de Protox se retiraron a su castillo tras el sonar de un cuerno de guerra. Podía divisarse a lo lejos, entre el humo. Era un campo de batalla preparado. Invadir el castillo de Protox sería la victoria. Allí se encontraría la gema roja.

- Reúnelos a todos en esta catapulta, Luis. Vamos a planear nuestra propia invasión - Dijo Ricardo.

En poco tiempo, ya estaban todos allí.

- Está bien. Se han metido en su castillo. Eso significa que nos están esperando y nos van a dar la bienvenida disparándonos. ¿Alguna idea para llegar a la puerta sin que sea peligroso?
- Ya lo hicimos con Nevan - Respondió Serena.
- Cierto - Afirmó Luisa -. Lo que tenemos que hacer es ir todos juntos. Raúl delante de todos y yo segunda en la fila.
- No entiendo eso - Dijo Ricardo.
- Las habilidades de Raúl son extrañas, pero... Cerca de él no pasará ninguna flecha - Explicó Benjamín.
- Y sus flechas son incendiadas, por lo que Luisa es perfecta para eso también - Añadió Víctor.
- Eso último tampoco lo entendí - Ricardo continuaba confuso.
- Por algo el libro te volvía inmune al fuego - Concluyó Luisa.

Ricardo entendió. Todos iban en una formación muy extraña, pero funcionaba. Lluvias de flechas de fuego eran lanzadas desde el castillo y ninguna apenas pasaba cerca del grupo. Todos ellos avanzaron hasta el portón, rompieron la formación e irrumpieron en el castillo. Contra todo pronóstico, estaba totalmente desierto y oscuro. Ricardo perdió de vista a sus compañeros. Estaba en una sala. No era la entrada del castillo.

"Ahora no depende de ti. Este es mi juego."

Era la voz de Protox. Ricardo no podía caminar. Tampoco había nada a su alrededor.

-Espero que tus compañeros no vuelvan a morir. Sería muy decepcionante - Se burlaba Protox.
- ¿Quién eres?
- Ya sabes quién soy. No me voy a enfrentar a ti todavía. Ahora, el sufrimiento de tus compañeros lo vas a recibir tú. Espero que aguantes lo suficiente.
- ¡No entiendo nada!

Ricardo pudo ver algo. No podía moverse, pero enfrente podía ver a Paulina y a Francisco en problemas. Estaban corriendo.

"Disfruta de la primera parte. Un prisionero de guerra y un enano contra Francisco y Paulina. Veamos quién es el ganador..."

- ¡Esto no fue lo que pasó la otra vez! - Gritaba Paulina.
- Nos damos la vuelta cuando yo diga, ¿vale? - Planeaba Francisco mientras corrían por la sala.

Los dos llegaron a una pared. Francisco y Paulina se dieron la vuelta y se enfrentaron a unos personajes que ya conocieron: Carlo el Caníbal y un jefe de guerra enano.

Francisco no tuvo grandes problemas contra Carlo. Hay que recordar que en el corredor de la muerte iba desarmado y ahora mismo tenía una ballesta. No fue muy difícil asegurarse de que Carlo el Caníbal cayese con un par de disparos. La que tuvo unos problemas añadidos fue Paulina. Un jefe de guerra sabe luchar mejor que un simple preso.

- Volvemos a vernos, Paulina.
- Yo quiero que desaparezcas.
- Es una pena. Habrías sido un buen conejo de indias.
- ... Voy a matarte.

Paulina no necesitaba más charla. Tenía enfrente al enano que la había hecho suicidarse. Era el momento. Furiosa, cargó contra él, pero el enano era más rápido y evitó el primer ataque. Un corte del hacha del enano en la cintura de Paulina le dolió a Ricardo, espectador en lo que sucedía.

- Ah. Ahora entiendo eso. Si mis compañeros son dañados, yo también...

Ricardo entonces sonrió. Él sabía que podía confiar en todos y cada uno de ellos.

- ¡Paulina! ¿Estás bien? - Preguntó Frank, que ya se había asegurado de que Carlo estuviese muerto.
- Sí. No me duele.
- Vamos a por este.

Francisco empezó a apuntar. El enano se centró en Paulina, quien iba ahora a la defensiva y evitaba el contacto con el enano. Fran falló el disparo. El enano aumentó su agresividad. Paulina no iba a poder aguantar mucho tiempo más. Fran tenía un as en la manga.

Falló otro disparo. Justo detrás del enano. Pero ese disparo estaba ardiendo. En cuanto el enano se preparaba para asaltar de nuevo a Pau, esta lo hizo retroceder, quemando al enano y dejándolo vulnerable para un golpe de Hachecutadora.

- Muere.

...

"¡Y así termina la primera ronda! ¿A quién tenemos en la segunda? ¡Manuel y Rubén contra una combinación explosiva!"

Ricardo empezó a verlos como si de una película se tratase. Estaban parados en una plataforma más elevada que el resto del suelo del castillo. El suelo se derrumbaba y los Lanzabombas no eran de gran ayuda para que no fuese así.

- ¿Y ahora cómo hacemos esto? - Preguntó Rubén.
- Tenemos que llegar a la puerta de alguna manera. Es así como nos libramos de este sitio sin suelo.

Muy parecido al abismo desmoronado. Un puzzle que tenía que ser resuelto. Manuel era un buen pensador de estrategias. Rubén sabía cómo llevarlas a cabo. No iba a ser difícil.

- Vale. Vamos a hacerlo así. Necesito que te congeles un momento - Dijo Manuel.
- ¿Y qué hay que hacer después?
- Voy a mandarte de un martillazo hasta la puerta.
- ¿Qué?
- Hazme caso, esta vez sí que he calculado bien.

Así fue. Manuel pegó un fuerte golpe a Rubén y salió disparado, cayendo justo en la puerta de la sala. Gran parte del suelo cayó debido a un Lanzabombas que intentó detener el vuelo de Rubén sin conseguirlo. Ahora le tocaba a Manuel cruzar. Lo había pensado ya antes.

- Ahora, necesito que todos esos Lanzabombas se caigan y destruyan todo el suelo.

Apenas quedaban tres Lanzabombas. La magia del hielo de Rubén era suficiente para provocarlos a tirar sus bombas. Cuando no quedaba ninguno, la parte final del plan era sencilla.

- Me haces un camino de hielo y yo llego a la puerta.

Sin daño alguno para Ricardo, Manuel y Rubén superaron lo que les había tocado. Un rompecabezas que hicieron parecer sencillo.

"¡Y pasamos a la tercera parte! ¿Podrán Víctor y Luisa con unos cuantos científicos?"

Pudieron y apenas Ricardo tuvo tiempo de ver lo que sucedió. Víctor lanzó una poción. Luisa leyó algo de su libro y los científicos fueron engullidos en llamas y transformados en ceniza. Cuestión de segundos.

"... ¡Claro que han podido! ¡Siguiente! ¡Serena y Benjamín sólo tienen una oportunidad! ¡Un segador Velouriano!"

Ricardo se echó a reír. Su cara cambió cuando vio que Serena estaba llorando y Benjamín la consolaba.

- Serena, por favor. ¡Que viene el segador! ¡Cálmate!
- ¡Que no me calmo! ¿Has visto? Ahora vamos a morir...
- No vamos a morir. Te lo digo yo.
- Eso no ayuda.

Benjamín se separó de Serena y extendió sus brazos hacia ella. Ya se escuchaba el sonido del segador cuando ella empezó a brillar con un resplandor azulado.

- Ahora, Serena. Ve y mátalo.
- ...

Serena sacó un cuchillo. Lo lanzó y se detuvo en el aire. Clavado sobre un ser invisible.

"¡La próxima ronda tiene más acción! ¡Raúl y Mimi contra los ninjas aprendices del Gran Maestro Xin!"

- ¿Y tú quién eras?
- Mimi.
- Ah. Yo Raúl.

Mimi suspiró. No veía nada útil en su compañero. Sin embargo, la apariencia no lo era todo aquella vez. Eran simples aprendices que no podían con la maestría de Mimi. Aquellos que iban a por Raúl acababan saliendo disparados. Los golpes de Raúl son increíblemente rápidos aunque no se mueva de su posición. No fue difícil para ninguno de los dos acabar con todos los ninjas. Mimi ya se sentía capaz de enfrentarse a su maestro en vida.

"¡Increíble! ¡Ahora en la siguiente ronda... Luis y Gabriela contra unos cazadores que... Ya están muertos, pero aún pueden disparar!"

Los dos compañeros de Ricardo estaban refugiados en una columna. Flechas intentaban alcanzarlos, pero Luis y Gabriela estaban bien cubiertos. Las flechas de Luis parecían no hacer efecto sobre esos cuerpos muertos que disparaban sus arcos. Gabriela fue muy arriesgada en salir de la columna y enfrentarse cuerpo a cuerpo a los enemigos. Recibió un impacto de flecha en el brazo izquierdo, que Ricardo notó también como si se la hubiesen clavado a él. Pero Gabriela pudo destrozar a uno de ellos fácilmente. Eran cuerpos frágiles al estar ya muertos. Luis se dio cuenta de ello y disparó una flecha en la cabeza del otro arquero muerto. Ese arquero se quedó descabezado debido a la potencia de esa última flecha.

"¡Sólo queda una ronda! ¡Cristina y Bartolo contra el líder de la horda del infierno!"

- ¿Quién iba a decirnos que iba a ser el maldito reptiliano cocodrilo otra vez? - Comentó retóricamente Cristina.
- Vamos a destruirlo - Finalizó Bartolo.

El hombre-cocodrilo que terminó el desafío de Cristina estaba esta vez contra dos. Y luchó ferozmente. Llevaba dos espadas casi tan grandes como la de Bartolo, pero no iba a poder contra ambos. Bartolo estaba delante, parando con su gran espada la mayor parte de los ataques. Mientras tanto, Cristina tenía su poder reservado para ese momento. La espada de Cristina no era común. Con suficiente preparación, se imbuía automáticamente con magia. Eso fue lo que acabó con el cocodrilo. Un tajo que partió las espadas del enemigo y lo dejó vulnerable al mandoble de Bartolo.

"¡Impresionante! ¡Han superado las pruebas! ¡Volved al Nexo y preparaos! Yo soy el siguiente. ¡Y no será nada fácil!"


(El próximo episodio será el Finale de DdV. Habrá un epílogo a la semana siguiente, después de navidades ya. ¿Vencerá Ricardo a Protox? ¿Cómo será el combate? ¿Sucederá algo malo? La semana que viene terminamos este Desafío de Vida.)

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