sábado, 19 de marzo de 2016

Desafío de Vida #4: El Descenso (Tributo a heliceo)

(heliceo es el mapmaker que hizo Ragecraft 2, un mapa Complete the Monument del videojuego Minecraft. Basándome en la decoración de dicho mapa, he elaborado esta historia. El crédito debe ser mencionado, por supuesto.)

Ricardo despertó. Era lo suficientemente temprano como para partir hacia su siguiente objetivo. Se sentía preparado para todo. Una pena no poder quedarse en El Nexo para siempre. Sería una vida ideal tras la muerte. Vivir en tranquilidad eternamente.

Bajó al almacén. Allí se encontró a Gabriela, haciendo el gesto de estar sentada encima de una caja.

- Ten mucho cuidado, Ricardo. Siempre alerta.
- Vaya manera de dar los buenos días.
- He estado mirando a través de estos cajones y ya sé lo que te puede servir.
- ¿En serio? ¡Pero si no puedes abrirlos!
- Pero puedo verlos por dentro - Dijo Gabriela mientras metía su cabeza dentro de una caja sin abrirla.

Ricardo, con los consejos de Gabriela y su juicio propio, quedó armado hasta los dientes. Una armadura completa de cuero duro, una espada corta y una antorcha iban a ser sus herramientas de combate.

Porque va a tener que combatir.

"El Descenso" es el nombre de una caverna que hay en El Nexo. Como su nombre indica, el viaje va a ser hacia abajo.

Gabriela deseó suerte al elegido. Ella no podía abandonar El Nexo mientras la gema estuviese colocada allí.

Adornada con montones de enredaderas, musgo y oscuridad; la entrada no era muy apetecible. Ricardo encendió su antorcha y, con sumo cuidado para no prender en llamas el lugar, comenzó a descender.

No parecía una zona muy hostil hasta que empezaron los ruidos extraños y de procedencia desconocida. Se escuchaban plantas siendo pisadas por alguien o algo. La vegetación allí, a pesar de la escasa luz solar, era abundante.

Gracias a su antorcha, se dio cuenta de lo que ocurría.

Las enredaderas estaban moviéndose lentamente. Toda la vegetación se movía en contra del aventurero. Ricardo no podía seguir bajando sin asegurarse una escapatoria antes.

Intentó apagar su antorcha, pero alguna llama cayó sobre la vegetación, provocando la catástrofe que él quería evitar. Empezó a ponerse nervioso. Ricardo tenía que encontrar la manera de salvar esa situación.

Sin mucho tiempo para pensar en una estrategia, decidió utilizar el fuego a su favor. Volvió a encender su antorcha y confió en su capacidad de quemar toda la vegetación que pudiese. A fin de cuentas, ese era su enemigo.

Alguna vez las enredaderas conseguían atrapar alguna extremidad de Ricardo, pero se liberaba tan rápidamente que apenas frenaban su avance.

Así atravesaba Ricardo la zona. Como si de una bola de fuego se tratase, quemó todo tipo de planta a su alrededor. De este modo, tenía que ser rápido encontrando la salida. El fuego consumiría el oxígeno de la caverna si él se quedaba mucho tiempo en ella.

El problema fue casi al final de dicha cueva.

Las enredaderas de esa pared eran muy rápidas. Mucho más que las anteriores. Atraparon los pies de Ricardo y lo hicieron caer al suelo. Quemando el piso con su antorcha.

No tardaron el resto de enredaderas en atrapar el resto del cuerpo del intruso. Ahora sí que se sentía impotente. ¿Iba a morir?

Por supuesto que no.

Ricardo tenía una estrategia. Su armadura era lo que molestaba en esa situación, así que, luchando por salir de sus ataduras, pudo mover su espada con sus dedos y cortar una de ellas. El resto ya era pan comido para él. Cortó todas las enredaderas antes de que volvieran a por él. Comenzaba a faltar el aire en el lugar. Ricardo no se rindió y pudo recoger su antorcha y lanzarla para quemar la pared.

Durante ese proceso, pudo ver una gran puerta con un marco de madera ardiendo justo detrás de las llamas. Su interior era tan blanco que deslumbraba, pero no dudó ni un segundo en entrar.

Tras unos pocos segundos, se encontraba en el centro de la gran habitación de los altares. El fuego había chamuscado gran parte de la armadura, que en este caso no tuvo utilidad alguna.

- ¿Por qué me he tenido que enfrentar a enredaderas?
- Porque quizás los próximos retos no serán un entrenamiento - Respondió Gabriela mientras aparecía por la puerta.
- Pues no estoy seguro de poder aguantar.
- Nunca digas eso. Sólo te restará determinación. Tienes que estar seguro de tí mismo. Si no, mueres. Como yo.

Ricardo reflexionó esa noche sobre esas palabras. Gabriela ya había pasado por esta prueba y no la pudo superar. Así que ella ha aprendido de sus errores. Ha aprendido incluso de los errores que los demás elegidos cometieron. Eso hizo que Ricardo confiase muchísimo en Gabriela.

Pero no era momento para pararse a pensar mucho en ello. Necesitaba descansar para adentrarse en la siguiente zona el día siguiente.

Un lugar inmenso lleno de peligros...
Una gema distinta... O dos...
Y algún nuevo compañero fantasma.

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